El barrio y el predio que ocupa la escuela
Boedo, como barrio, surgió tardíamente, ya que el territorio que le fue adjudicado por el municipio, era parte integrante de Almagro, San Cristóbal, Parque de los Patricios y algo también de Nueva Pompeya. Pero naturalmente no fue ajeno a hechos trascendentes unas veces y otras, pintorescas. Con sus calles adoquinadas, algunos almacenes, teatros y cafés; era un barrio de casas bajas, patios cubiertos de malvones y claveles.
Rincón mágico de Buenos Aires, palestra de payadores y de esa música nuestra que rebalsó los límites para identificar a los argentinos:el tango.
Boedo era así, con sus filas de coposos plátanos y los adoquines tajeados por el brillo de las vías. Por algunas de las calles principales pasaba “el eléctrico” facilitando la actividad de los vecinos.
La primera línea de tranvías eléctricos llegó al barrio y sus adyacencias por el año 1898, esta se llamaba “La Capitál” y funcionaba en Boedo 750 y 760.
De Escuela de Aprendizaje a Escuela Técnica Nº 29
Establecida en Boedo 760, la Corporación de
Transporte crea en el año 1944, la Escuela de Aprendizaje con el objetivo de formar obreros capacitados para sus talleres en las especialidades de soldadura chapistería, tornería, mecánica de ajuste, mecánica de automotor y electricidad.
Estaba compuesta por una sección de aulas para las clases teóricas y una sección para los distintos talleres. En 1945, en la escuela comienza a funcionar el primer año. Las materias teóricas que se dictaban eran: Castellano, Matemática, Historia, Geografía, Física, Química, Tecnología y Educación Física.
Los alumnos recibían una beca de $30 mensuales y aquellos que concurrían durante la mañana a clases teóricas, tenían clases practicas (Taller) por la tarde y viceversa.
Al comenzar el curso en 1947, la Escuela completa el ciclo básico, de tres años.
Durante el año 1948, un nuevo servicio social se incorpora: almuerzo gratuito para todo el alumnado y personal docente, como así también el ciclo técnico superior que abarcaría desde cuarto a sexto año.
Mientras tanto, la Corporación de Transportes es nacionalizada y pasa a llamarse Transportes de Buenos Aires, lo que implica que la Escuela de Aprendizaje, va a ser supervisada por el Consejo Nacional de Enseñanza Técnica (CO.N.E.T).
La escuela había adquirido fama en Sudamérica, de manera tal que distintas delegaciones de Venezuela, Colombia, Ecuador y Brasil venían a conocer su funcionamiento para ponerlo en práctica en sus respectivos países.
En ella, se reparaban piezas y partes de tranvías, tales como frenos, salvavidas, etc. Un lema caracterizaba su tarea: “Enseñar produciendo”.
Entre los servicios que se otorgaban a sus estudiantes y docentes se encontraba un consultorio médico, a cargo del Dr. Parodi, quien era asistido por la enfermera Elena Mattano y un consultorio odontológico.
Se realizaban también los concursos para personal administrativo de Transporte de Buenos Aires.
Para las actividades de educación física, la escuela contaba con un campo de deportes en Lanús, Pcia de Buenos Aires, frente al Hospital Eva Perón, donde se practicaban diversos deportes, tales como fútbol, handbol, atletismo, etc.
A través de los años la escuela siguió funcionando con igual eficacia hasta que, en 1962 se liquida Transportes de Buenos Aires.
Los ingenieros liquidadores quisieron liquidar también el local de la escuela. Debido a una gestión realizada por los profesores Zothner, Orozco, Passione, y el Sr. Bordo ante el entonces presidente del CO.N.E.T, Ing. Roberto Pedro Echarte consiguen su apoyo y por ende la continuidad de la misma.
Por el año 1963, la Escuela de Aprendizaje se incorpora al régimen de las Escuelas Nacionales de Educación Técnica de la Nación, pasando a ser Escuela Nacional de Educación Técnica Nº 188.
Con posterioridad se le asigna el Nº 29 y corriendo el año 1967 el nombre de Reconquista de Buenos Aires, con el cual se la conoce actualmente. Al realizarse un concurso para diseñar un distintivo para la Escuela, gana la galera del Regimiento de Patricios, que la identifica.